Tras más de 20 años teniendo relación con actividades de selección de personal, creo que a la hora de abordar la relación entre el candidato y el seleccionador, hay que buscar un encuentro entre las expectativas de ambos, donde se juega una partida de ajedrez y cada movimiento es importante y afecta al resultado de la misma.
Por parte del candidato, se trata de controlar los posibles errores a cometer en una entrevista de trabajo, como son:
- no llegar a tiempo
- imagen desajustada al entorno de esa empresa (adaptarlo en función del tipo de puesto al que te presentas)
- controlar el vocabulario y expresiones
- no ser concreto en las respuestas
- no interrumpir y/o alargar en demasía las respuestas
- criticar a compañeros o jefes
- falsear u ocultar información
- no apagar o estar atento al móvil
- indagar sobre sueldo, horario y vacaciones en las primeras entrevistas
Por otra parte, el reclutador intentará indagar, además de sobre la experiencia y el perfil, sobre todo en las motivaciones y competencias del candidato, a través de las posibles preguntas:
- ¿qué conoces de nuestra empresa?
- ¿qué te interesa del puesto?
- ¿qué puedes aportar?
- ¿qué opinas de tus jefes y compañeros anteriores?
- ¿cómo te describirías y como te describirían los demás?
- ¿qué te diferencia de otros?
- ¿cuál es tu mayor logro?
- ¿cuál es la dificultad más importante a la que te has enfrentado?
- ¿cuál es tu proyección a cinco años?
- …
En definitiva se trata de cumplir expectativas, donde tanto el candidato, como el reclutador, buscan un resultado positivo, después de un camino largo y costoso por ambas partes para llegar a buen puerto, en definitiva, integrarse en un nuevo empleo y cubrir el puesto.